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Tijuana BC - sábado 23 de octubre de 2021 - Fermín Cota Amaral.
1734

Compañía Aérea de Construcción y Transporte, S.A.
Tijuana, Baja California, 1927
Por Ing. Fermín Cota Amaral*

TIJUANA BC 23 DE OCTUBRE DE 2021.- Siendo gobernador del Territorio Norte de la Baja California, el general Abelardo Luján Rodríguez, estableció una fábrica de aviones en Zaragoza, lo que ahora es la ciudad de Tijuana, con el nombre de “Compañía Aérea de Construcción y Transporte, S.A.”. Fundada en noviembre de 1927, con un capital original de inversión de 40 mil pesos, siendo socio capitalista el propio gobernador y su personal administrativo: el mecánico constructor y comprador de materiales, Sr. José Flavio Rivera; Mariano Escobedo, como tesorero; el capitán piloto aviador Luis Farell Cubillas, uno de los pilotos de más experiencia en México, quien probaría y volaría los aviones hasta la Ciudad de México.

El objetivo de esta fábrica representa un gran esfuerzo del general Rodríguez y el Gobierno Federal para diseñar y construir sus propios aviones y competir con la fábrica de aviones de Estados Unidos; ubicarla en la zona fronteriza le facilitaba la compra de los materiales necesarios en San Diego, California, EE. UU., donde ya estaban establecidas fábricas de aviones como la Rayan, que construyó el famoso avión “Espíritu de San Luis”.

Posteriormente, en la revista “San Diego Magazine”, de agosto 1928, el general Abelardo Rodríguez, comentó: “México está consciente de las grandes posibilidades de la transportación aérea y debe de estimular este nuevo panorama de la comunicación y transportación. La transportación actual es deficiente a causa de las características geográficas, por lo cual México presenta una oportunidad muy particular en el campo operacional del transporte aéreo”.

En enero de 1928, la compañía inició sus actividades, donde estaban trabajando unos diez mecánicos, todos ellos de nacionalidad mexicana; instalándose en un edificio que anteriormente funcionó como granero y taller mecánico, localizado en el área del cruce de la avenida México y la continuación de la calle Madero y callejón Z, en lo que ahora es conocida como Zona Norte. Se acondicionó el lugar que tenía paredes y techo de lámina acanalada, medía aproximadamente diez metros de largo y cinco de ancho, dentro de éste se instalaron los equipos y herramientas necesarias para la construcción de los tres primeros aviones que se tenían programados: plantas para soldar, mesas de trabajo, pinturas, telas, cables, poleas, en especial como serían los primeros aviones fabricados con el fuselaje de metal; en México se utilizó el acero al cromo-molibdeno, que es una familia de aceros microaleados de alta resistencia y de baja aleación, tiene una fuerza excelente al cociente de peso, son considerablemente más fuertes y más duros, no es tan ligero como una aleación de aluminio pero tiene la ventaja a la tracción y alta ductilidad.

El acuerdo del Gobierno Federal era fabricar aviones para uso militar y requerían la construcción de aviones monoplanos de ala alta, tipo parasol, cabina abierta, de dos plazas para observación y de cabina cerrada para cinco plazas, que lo utilizaría el secretario de Guerra y Marina, general Joaquín Amaro. El Departamento de Guerra diseñó los planos de los aviones; el general Rodríguez, con su personal, no tenía experiencia alguna para interpretar estos planos, por lo que fueron adaptados por William Watherhouse, diseñador que vivía en Los Ángeles, California, EE. UU.

El avión Baja California 1, se terminó de construir en marzo de 1928, su diseño es de un monoplano de ala alta, parasol, con una envergadura de ala de 43 pies, su fuselaje media 30 pies y con una capacidad para 90 galones de gasolina. El fuselaje fue construido con el nuevo material de una aleación de cromo-molibdeno para unirse con soldadura eléctrica. El fuselaje y las alas fueron forrados con una tela especial, selladas con barniz y pintura para aviones para el motor. A falta de motores tipo radiales enfriados por aire, se le instaló un motor de avión de altura de la fábrica Alemana BMW 111 de seis cilindros en línea, enfriado por agua de un radiador, de 185 HP. Este modelo de motores fue utilizado en los aviones de la Primera Guerra Mundial. Se diseñó con dos cabinas abiertas, la delantera para el piloto y la segunda para el observador o artillero, en la cual se podía instalar una ametralladora.

Al terminar su construcción en los talleres de Tijuana, se procedió a efectuar las pruebas necesarias de potencia al despegue y de altura, lo cual eran indispensables para iniciar su viaje a la ciudad de Mexicali y después, continuar a la Ciudad de México.

En sus memorias, comenta el Tte. Co. Roberto Fierro Villalobos, que recibió órdenes de llevar este primer avión de Tijuana a Mexicali para que el capitán Luis Farell Cubillas lo volara a la Ciudad de México, el vuelo inició el 8 de mayo de 1928, a la altura de Cajeme, hoy ciudad Obregón. Por fallas en el motor, aterrizó de emergencia con bastantes daños estructurales. Farell telegrafió a Mexicali avisando de su accidente y solicitando que le enviaran refacciones y mecánicos para arreglar su avión; en mis investigaciones, hay versiones de que los restos del avión fueron trasladados a la Ciudad de México en ferrocarril, pero también que el Tte. Fierro lo voló a Mazatlán, continuando a Ciudad de México (esta última información se publicó en el periódico "El Informador" de Guadalajara, Jal.).
Por ello, es un gusto enorme que la Agencia Fronteriza de Noticias (AFN) brinde un espacio para quienes formamos parte de esta organización, y sirva como instrumento para divulgar algunos capítulos de la historia de los tijuanenses, los cuáles serán narrados por la fina pluma de sus asociados. Damos, pues, inicio a una serie de publicaciones que serán dadas a conocer a través de esta plataforma todos los sábados. Muchas gracias y estén pendientes de las sorpresas que habrán de descubrir en las próximas entregas. Por la alta cultura de Tijuana.

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* El autor es miembro de la Sociedad de Historia de Tijuana, A. C., escritor y catedrático.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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