PAN Y CIRCO
Por: Francisco Ruiz, RuHe.

“Alguien dijo que la Historia no se repetía, yo creo que se equivocó, la Historia se repite; hay desde luego cambios, matices, pero al final de cuentas es la lucha de siempre y es México, y es América Latina y es el mundo”, así comienza la narrativa del video documental dirigido por Luis Mandoki, estrenado en el 2007 y al cual tituló “Fraude 2006”.

Menciono lo anterior con carácter enunciativo exclusivamente, me parece que lo mejor de dicho material radica en los primeros 10 minutos de la cinta, así como en los cinco finales, aunque hay cosas buenas de por medio, parte de ello algunas frases mencionadas a lo largo de la obra.

Independientemente del emisor, el contenido de los mensajes es muy bueno, de profundidad y calidad, lástima que quienes no simpatizan con el de Tabasco se cierran siquiera a escuchar lo que pudiera tener de bueno. En el video, Andrés asegura que “la Revolución tiene dos vertientes: se lucha por la democracia…y al mismo tiempo por la justicia…La Revolución permite avances en el terreno social pero NO en el terreno político”, y es desde este punto que partiremos.

EL REGRESO DEL HIJO “PRÍDIGO”

Desde las precampañas intuí, como la gran mayoría de los mexicanos, que el ex gobernador mexiquense ocuparía Los Pinos, y no hablo precisamente de una alta competitividad, sino de una estrategia bien forjada con suficientes recursos, antelación y planeación; es esta la manera de hacer política en México, así construimos proyectos de nación: con espectaculares estrategias particulares y no conforme a las necesidades de nuestro pueblo.

Desde aquel entonces aseguré que el regreso del PRI al Ejecutivo Federal desencadenaría una serie de medidas que beneficiarían al país, así como lo lee, soy un convencido de que con Enrique Peña Nieto nos irá bien, o por lo menos mucho mejor de lo que nos fue con la administración panista.

Y no, no lo digo por qué el príista es el virtual ganador, lo manifesté con anterioridad, pero no con especial agrado o secundando este plan, la razón por la que de confirmarse la victoria del tricolor, México estará bien, radica en dos factores primordiales: quieren llegar para quedarse y saben de qué artimañas valerse.

Algunos alegan que los de este partido tienen la experiencia y es cierto, supieron cómo crear el primer partido político y también crearon las “estrategias” ideales para mantenerse en el poder, no hablo solo del periodo en que votaban los muertos, en que el candidato era elegido por su antecesor o cuando las elecciones las organizaban y calificaban ellos mismos, no, no hablo sólo de eso, hablo de que saben cómo ganarse al pueblo, saben crear las condiciones para que con cortinas de humo el pueblo les aplauda, aprendieron bien de los romanos, les encanta el PAN Y CIRCO.

CARLOS PEÑA Y CUAUHTEMOC LÓPEZ

Hace unas semanas, un gran amigo y yo charlábamos sobre los efectos del Porfiriato en México, la herencia que incluso hoy padecemos o disfrutamos, no me atrevo a tomar partido, sin embargo, quien es uno de los villanos favoritos en la Historia de nuestro país, como todo ser humano tuvo defectos, virtudes, debilidades y fortalezas, vicios y progresos.

Para hablar de la democracia que “impera” en nuestro país, según los victoriosos políticos actuales, se requiere de analizar la Historia del mismo, por lo menos la contemporánea, y para ello hay que echarle un vistazo al gobierno del presidente Díaz.

Es justo allí donde se gestan los primeros intentos por ser demócratas, desde sus levantamientos en contra de la institucionalización de Benito Juárez en el poder, hasta las revueltas por su antonomasia.

Don Porfirio se convirtió en “doña Porfiria”, según López Obrador, al asegurar que el PRI encausó el sistema del Gral. Díaz, al momento de fundar el primer organismo político-electoral moderno; y es que las acciones del partido más viejo dejan muy en claro su férrea influencia: desde su retórica hasta la imposición, o si prefieren, la democracia dirigida.

Podemos hablar de muchos factores que han contribuido en el intento de una democracia mexicana: el Maximato, el socialismo cardenista, el movimiento del ´68, la elección presidencial con el “candidato único”, la caída del sistema de 1988, la tecnocracia, el EZLN, el efecto Colosio, la creación del Ejecutivo en la capital mexicana, el triunfo la “alternancia” durante el inicio de siglo, la continuidad derechista, hasta llegar a Peña Nieto.

¿Regresión? La Historia se encargará de decírnoslo, más volviendo un poco a la parte inicial de esta columna, retomo ese supuesto: ¿la historia se repite? Analicemos un poco.

Es curioso como son los mismos partidos, los mismos argumentos e intervienen los mismos actores, aunque ya entrados en años, en las elecciones de 1988 y las del 2012, se me ocurre hacer un cuadro comparativo.

En aquel año, el candidato ganador presumía una victoria avasalladora, hoy también lo hacen. En el pasado se acusó de ilegitimidad basada en una elección bajo sospecha, hoy también lo hacen. En el ´88 se utilizó todo el poder del sistema para repuntar a su candidato, actualmente también “echaron la casa por la ventana”.

Ahora bien, pasemos de la elección a la institucionalización del “golpe”, Salinas llegó para quedarse, de usurpador paso a héroe y luego se volvió villano, primero le reclamaron, luego le adularon y al final le repudiaron.
Como Salinas, Peña es institucional, tecnócrata, propio y carismático, aunque le doy el beneficio de la duda con lo inteligente. Una gran diferencia es que don Carlos se preparó para ser presidente, a Enrique lo maquillaron.

Estoy seguro que en poco tiempo la mayoría aplaudirá a quien todo parece indicar será el próximo presidente. El primero de diciembre habrá manifestaciones, gritos, arremolineos, llanto, enojo; después vendrá la calma, la legitimación con regalos para la gente, vendrán las cosas buenas y la aprobación de las personas, el candidato que quedó en la segunda posición pasará a formar parte de los recuerdos de los actuales y futuros votantes como alguien que intentó pero no llegó, luego vendrá la realidad. Es como cuando agarramos fiesta, los alcoholes parecen sabrosos pero padecemos la resaca al día siguiente.

México estará muy bien, mejor de lo que estamos, esa es la buena noticia, la mala es que una construcción sostenida en cimientos endebles por los vicios y la podredumbre, en algún momento caerá, y con ella toda su gente.

Las decisiones de Estado: política contra la gente, o si prefieren, política ficción. Pero, ¿y qué si queremos un gobierno cercano a su gente? ¿Por qué seguir patrones tan hirientes? ¿Por qué desdeñar la calidad humana en un buen gobierno? ¿Por qué optar por esa distancia y esas élites? Ni modo, lo hecho, hecho esta. La ciudadanía ha hablado y ahora como hombres conscientes asumiremos las consecuencias de nuestros actos, más PAN Y CIRCO para lograr el aplauso del pueblo.

El PRI, ha tenido grandes aciertos, ha demostrado ser el partido más experimentado, con mejores resultados que la administración federal saliente, saben lo que hacen, desafortunadamente no se fijan en como lo hacen. Coincido que como todos los partidos, tienen sus cosas buenas y malas, entre ellos hay patriotas y convenencieros, el problema no son sus simpatizantes, son sus dirigentes, que como hombres privilegiados se corrompen ante lo indecente.

Sinceramente hago votos, porque la próxima administración realmente sea diferente, haya madurado, que haya aprendido de sus errores y que como Juan Pablo II intente expiar los “pecados” de sus antecesores y cumpla ofreciendo un mejor futuro para toda nuestra noble gente.

La lección es sencilla, aunque difícil de aprender: los astutos se aprovechan de la ingenuidad, de la apremiante y doliente necesidad, y del buen corazón de los electores, pero estas decisiones son una corresponsabilidad entre el gobierno y la población, es nuestro deber actuar con responsabilidad, convicción y reflexión profunda, no podemos tirar la piedra y esconder la mano, solo cuando nos conviene.

La política comienza con la elección de nuestros representantes y culmina con nuestra exigencia de buenos resultados, aunque para ello lastimosas lecciones padezcamos. Lo que viene es el empoderamiento de un “grupo compacto”, pero de nosotros depende: O SACAMOS ESTE BARCO A FLORE, O NOS HUNDIMOS JUNTOS.

México es más grande que una Presidencia, y la Presidencia de la República es más grande que un solo hombre. No claudiquemos, nuestra Nación resistirá todos los embates, está en nosotros, la Patria está en nuestras manos, que sea nuestra gracia, y no nuestro deber, protegerla.

POST SRIPTUM

Bien dijo Damián Alcázar en su última aparición en el filme “La Ley de Herodes”, el cual protagonizó en 1999 y nos dejó como tarea el siguiente mensaje:

“Compañeros, NO me avergüenza confesarlo, he llegado a este Congreso con las manos manchadas de sangre (cualquier parecido con la realidad, con Tlatelolco, el Halconazo, Colosio, Aguas Blancas y Atenco, es mera coincidencia), NO lo niego, pedir perdón sería hipócrita  pero era sangre no de un extraño ni de un hermano, era sangre de un enemigo, de un enemigo de los que defendemos los ideales de la Revolución; hemos superado un obstáculo más pero aun nos faltan muchos, porque el reto para nuestro partido (léase PRI) por el bien del país es estar en el poder por siempre y para siempre”.

¿Será que el fin justifica los medios? Se las dejo de tarea, nos leemos la próxima semana.

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