Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 23 DE AGOSTO DE 2020.- Todos los hombres del presidente Peña Nieto, todos los panistas denunciados, todos, cierto o no las acusaciones lanzadas por Emilio Lozoya, han gozado de una condición de intocables. Tuvieron un escudo, durante años, para realizar las acciones de las que se les acusa. Sin son verdaderas, significa que la clase política es más corrupta de lo que se podía imaginar. Significa que el sistema de partidos que los constituye para ser electos, y desde el cargo, decidir el equipo que los acompaña, está condicionado a lealtades que van de la mano del cumplimiento de compromisos vinculados directamente para robar. 

Si son inocentes, entonces todo lo relacionado con el caso Lozoya está pervertido desde el primer momento. Significa que estamos ante una bola de humo que va a llevarse meses o años en notas, dimes y diretes. Dado que todo parte de las afirmaciones de un criminal confeso, que goza de privilegios desde el primer momento que regresó al país, el argumento al que se recurre es que para mantener los privilegios se miente para cumplir los deseos electorales del 2021. En cualquiera de los dos casos, nos deja en una situación muy comprometida ¿Porque la investigación descansa en el dicho de un delincuente confeso? 

Los argumentos de los involucrados eran previsibles. Ser acusados por el Iscariote que mintió a los mexicanos por años, deja un amplio margen de acción. ¿Cómo le creemos a un mentiroso profesional, mañoso y traicionero por definición? ¿Por qué quienes decidieron la negociación, no contemplaron que el escenario en que nos encontramos era el previsible? Es decir, el mentiroso acusa, por tanto, desde su origen la duda está sembrada y culpables o no, los acusados tienen el camino abierto para defenderse y acusar al acusador. 

La fiscalía va a tener mucho más trabajo en aclarar cada uno de los casos y los problemas de orden legal se van a multiplicar.  Los videos que se esperan con ansia tienen el problema que, al aparecer en las redes sociales, dejan de tener valor probatorio ante instancias legales, dado que se desconoce el origen y las condiciones en que se produjo y en qué condiciones se difundió. ¿Por qué la fiscalía permitió o no supo de su procedencia? ¿a quién beneficia que se conozcan en la opinión pública antes que en los tribunales? 

Espero equivocarme, pero las condenas serán pocas o limitadas. Cuando el perpetrador tiene privilegios, a menos que las evidencias documentales sean claras, pocas condenas se avizoran. Ojalá estas palabras no se cumplan y veamos a muchos pagando por lo que nos muestra una larga cadena de complicidades en el que el patrimonio de los mexicanos, le importó poco a quienes parece, estuvieron en la jugada. Y si termina en poco, como parece, significa que la ley, no está acompañada de las investigaciones que permitan hacer cumplir la ley. Y no pasamos por alto, que la palabra parece se repite, porque lejos de certezas, se observan especulaciones.

De ser cierto ¿porque estos hombres que tenían como encomienda constitucional cumplir con la ley, jugaron con ella durante, cuando menos, un sexenio? ¿Qué condiciones propician que se realicen estos actos en una relación de impunidad/complicidad?  ¿Por qué, en cargos de diputados y senadores, tomaron una decisión sobre la reforma petrolera, en la que era necesario pagar semejantes recursos? ¿Por qué como funcionarios pudieron maniobrar para mover esa cantidad de recursos?  Si el video tiene validez ¿cómo se puede obtener tanto dinero en efectivo para trasladarlo de un lado a otro? ¿quién lo metió en la oficina?

Si funcionarios, diputados, senadores, secretarios de Estado, se involucraron, nos habla que en los partidos políticos se ha mantenido a un conjunto significativo de personas dispuestas a robarse el dinero del pueblo mediante dos vías, los propios partidos al recibir recursos y esperar su turno para recibir dinero, o lograr cargos y desde ahí llevarse lo que puedan, lo que alcance en las alforjas. 

El problema es que nos han dicho que mantenemos a los partidos para que no se corrompan con el dinero privado; que no quieren que se meta el narcotráfico; que es un escudo salvador para que los partidos se mantengan impolutos. Pero desde ahí se gestan estos acuerdos y estos personajes que, con los recursos públicos, llegan a medrar y a negociar. Lo peor es que es que de ser falsas las acusaciones, pocos o nadie llegarán a la cárcel. Y las autoridades actuales, nos muestran que le hicieron caso a un mentiroso, que se montó un circo mediático y que los encargados de impartir justicia lograron llenar periódicos de acusaciones, pero no hicieron cumplir la ley. Cambiaran algunas carreras políticas, pero nada habrá cambiado.

* Marco Antonio Samaniego López.  Doctor en historia por el Colegio de México.

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