DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva

TIJUANA BC 16 DE AGOSTO DE 2020.- Cada día que pasa, la pandemia de la COVID19 se parece más a una pomada milagrosa que a una calamidad.

Igual sirve para demostrar el fracaso del neoliberalismo que para señalar las deficiencias de la 4T.

Ahora, también sirve para que las autócratas de los partidos políticos hagan y deshagan a su antojo.  

Para quienes han participado en la vida interna de algún partido político los abusos de sus dirigencias no es nada nuevo. 

Torcer y manipular las normas partidistas son métodos utilizados por los dirigentes para conseguir su permanencia en los cargos directivos.

En lugar de que los partidos sean escuelas de participación ciudadana, se convirtieron en instrumentos de burócratas que, poco a poco, los fueron secuestrando. 

Morena no es ajeno a ello. 

La larguísima disputa interna por obtener la dirigencia nacional ha tejiendo un nudo gordiano que en Morena no pueden desatar. 

Resoluciones del Tribunal Electoral han ordenado reiteradamente que Morena elija a sus dirigentes, sin embargo quienes ahora están al frente de ese partido se han propuesto no hacerlo y la pandemia es su mejor argumento. 

El recién designado dirigente estatal de Morena, al tiempo que llamó a la unidad partidista confirmó que por motivo de la pandemia, Morena no elegirá dirigentes y tanto él como Alfonso Ramirez Cuellar seguirán por tiempo indefinido al frente de sus respectivos cargos.   

Imitando la tradicional lucha entre tribus perredistas, Morena no logra conseguir su normalidad institucional y tal situación se refleja en Baja California.

Muestra de ello son las evidentes diferencias entre dirigentes y líderes nacionales morenistas con el Gobernador del Estado. 

Las diferencias se han profundizado a tal grado que se perciben, por lo menos, dos frentes políticos dentro del morenismo local.

El por un lado el encabezado por el Ejecutivo estatal y por el otro, quienes son apoyados desde las altas esferas nacionales de Morena y que ahora tienen en Ismael Burgeño a su líder. 

No obstante lo anterior, hasta hoy las encuestas publicadas apuntan una tendencia en el sentido de que Morena podría ganar las elecciones de 2021 en Baja California. 

De ahí que "el frente opositor" le apueste a que la disputa interna en Morena pueda desembocar en su debacle electoral el próximo año.

La lucha intestina en Morena tiene como impulso el hecho de suponer que quien administre la franquicia tendrá el poder para decidir y registrar en el Estado las candidaturas del partido guinda el próximo año. En especial la de su candidato a Gobernador. 

Para entender hasta dónde la disputa por la dirigencia estatal de Morena le resulta útil a quienes se la pelean, es importante considerar que de acuerdo con las encuestas de Mitofsky, la mayor fortaleza de este partido en Baja California sigue fincada en los apoyos ciudadanos al Presidente de México y al Gobernador del Estado. 

De tal suerte que en nuestra entidad, hasta el mes de julio, Andres Manuel Lopez Obrador contó con el apoyo ciudadano de un 61.1% mientras que a Jaime Bonilla Valdez lo apoya el 50.5%

Al mismo tiempo, Morena obtuvo una preferencia electoral del 38% en Baja California.

Lo anterior nos puede indicar que la combinación del apoyo ciudadano al Presidente de México con el apoyo al Gobernador resulta crucial para que Morena gane las próximas elecciones.

Ante el escenario de confrontación en Morena es válido preguntarse; ¿La lucha por la candidatura a gobernador será la debacle de Morena? 

Probablemente la respuesta se podría encontrar en la anunciada alianza electoral entre Morena y los partidos PT y Verde.  

No sería sorpresa que justamente por la lucha intestina en Morena, el PT obtuviera como parte del acuerdo de Coalición Electoral, el derecho de postular al candidato a Gobernador en Baja California.

De esa forma, bajo la fórmula de "candidaturas comunes" en Coalición, el PT presentaría como candidato a Gobernador a un ciudadano que no sea forzosamente miembro de Morena pero que sí aparecería en las boletas electorales como candidato de Morena. 

Muchas veces una solución simple es la respuesta al más complejo de los problemas.

NOMAS POR JODER:

Ni bien ni de buenas terminó la semana para el Pri pues a pesar de que su dirigencia manifestó estar en desacuerdo con el SAT estatal el único diputado priista se abstuvo de votar en contra, luego lo abandonaron un ex candidato a senador y dos ex presidentes estatales.

Así como van, poco alcanzarán en su negociación con el Pan.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.