Por: Marco Antonio Samaniego*
En estos días de confinamiento he visto noticieros que en otras épocas me era imposible dados los horarios de trabajo. Sin duda, la crítica a las acciones de AMLO son fuertes. Algunas incluso ya dan por terminado el sexenio e indican el profundo fracaso de la 4T. En la prensa hay notas que hablan de la falta de preparación para la pandemia y lo tarde que se actuó para atender las múltiples necesidades de quienes, por desgracia, han sido afectados.
En notas de diverso orden, se dice que hubo avisos sobre lo que se veía venir, y que se debió de actuar en función de ello. La culpa es de un gobierno que no tuvo capacidad de respuesta, desgastado por los caprichos que se iniciaron al principio del sexenio y que le va a costar al país en los años por venir.
En noticieros de cadena nacional, algunos periodistas no se cansan de demostrar los múltiples errores y fallas. Para algunos, es la muestra de que el cambio no debió darse, que las promesas quedaron en nada y algunos ya plantean que en las elecciones intermedias, López Obrador no va a obtener mayoría en el congreso y adiós a lo que muchos denominan totalitarismo.
Pero nadie en el mundo tenía idea de la intensidad, la extensión y la profundidad el problema. Nadie pudo planear qué hacer de manera efectiva. Quedarse en casa no es algo sencillo para los procesos productivos y la destrucción de la vida social no es fácil de asimilar de un día para otro. Cuando se dijo inicialmente que era para el 20 de abril, los planes tuvieron un sentido. Cuando cambio al 30 de abril otros y hoy, que se anuncia el 30 de mayo, implica que por más de dos meses que nadie esperaba, hemos estado en espera de ver que la famosa curva se aplane y que ya, por favor, baje.
En Estados Unidos, el peor caso de contagios y con la peor cifra de muertes, el experto tiene en contra a gobiernos locales y estatales y al presidente de su país. En FOX racistas news, indican que nadie votó por Fauci y que él no tiene por qué decidir. El no es el presidente, dicen los presentadores, que se dan lujo en contra del experto de 79 años que advierte que los efectos posteriores pueden ser peores.
Países complejos, grandes, con diferencias muy marcadas, que no permiten controles tan específicos como en otras zonas del mundo. Se discute sin la información suficiente, con dudas sobre cómo obtener recursos y para muchos el panorama futuro incierto. El sector turismo es y será uno de los más golpeados por mucho tiempo.
Sin duda, las cifras no son claras. Las propuestas son erráticas, con dudas, con falta de claridad. Pero eso es en todos lados. Los gobiernos tienen que modificar estrategias y sus discursos.
Esto no es para defender a AMLO, sino para identificar que existe una crítica que sin faltar a la verdad, no contextualiza que nadie tenía idea de lo que estamos viviendo. Es la primera vez en la historia de la humanidad que se presenta de esta forma. Muchas pandemias se han presentado, pero esta tiene un sello distinto por su rápida expansión y por los efectos económicos tan profundos que puede tener.
El discurso más señalado, es que López Obrador vive en un país y las necesidades son en otro país. Hace unos meses apuntamos que parecía ser una especie de pejelandia, similar al foxilandia de hace unos años. Sin embargo, la pregunta es ¿Si nos hubieran dicho en marzo, que esto sería hasta el 30 de mayo, cuál hubiera sido la respuesta? Esta loco este hombre. Si nos hubieran dicho de entrada que no tiene final preciso, que las escuelas no regresarán hasta agosto, ¿Qué reacción hubiéramos tenido? Nos hubiéramos confinado o como muchos, ¿habríamos tomado la decisión de no hacerlo y esperar que el virus no nos toque por arte de la casualidad?
Yo no sé cuál fue el plan original o si lo hubo, pero con todos sus males nos ha hecho a la idea de que los próximos meses van a ser distintos. Que la nueva normalidad sí nos va a marcar y que no sabemos cómo vamos a actuar de inmediato, sobre todo por las complicaciones de mantener la sana distancia, pero con la consciencia de que lo hacemos o lo hacemos.
Cierto, se debe tener directrices. Debe haber coordinación. El gobierno juega un papel central en todo ello. Pero si nosotros no actuamos todos los días por nuestra salud, nadie lo va a hacer. De nada va a servir estos días de confinamiento si no aprendimos la lección. Serán días perdidos si no tomamos las medidas que nos incluyen a todos, donde yo te cuido y tú me cuidas aunque no te conozco y no te vuelva a ver.
Que la crítica siga siendo fuerte, que no pare, pero que también se critique a quienes en los días por venir, no sea responsable del otro, que eres tú mismo.
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor