COLECTIVO SINDICAL 
Por: Anahí Martínez

TIJUANA BC 9 DE ENERO DE 2020.- ¿Dónde llegan las fronteras del Estado en la vida privada de las personas? Desde el imaginario del contrato social de Rousseau donde el hombre cede ciertas de sus libertades al constructo social del Estado, la historia de las sociedades modernas ha transitado debates en torno al grado de intromisión del Estado como regulador de las conductas humanas y como subsanador de las fallas del mercado. El Estado debiera ser un reflejo de la sociedad y su dinamicidad, sería un total anacronismo concebirlo como un ente estático, pesado, anquilosado e inamovible, por lo cual sus estructuras e instituciones deben nutrirse de las nuevas demandas, consensos e intereses que dibujan un escenario más complejo en sociedades plurales como las actuales. Siendo así, un reflejo, no podemos negar que las libertades individuales se posicionan como un valor altamente reconocido en todo el mundo, ya sea para bien o para mal dependiendo de nuestra posición, estamos viviendo como anteriormente lo hemos mencionado en una sociedad hiperindividualista que premia justamente sus libertades, de convivencia, de expresión, de pensamiento, de consumo entre otras, siendo esta última uno de los derechos principales en la modernidad. Y es en este tipo de libertad donde reflexionamos sobre el papel del Estado frente a individuos-consumidores, más allá de asuntos comerciales el análisis se centra en la decisión estatal frente a los bienes y servicios que considera benéficos o no para las personas, ¿debieran tener los Estados este rol de arbitraje moral?, ¿qué debe permitir o restringir el Estado?, ¿Es esta su función sustancial? Me parece que todas estas preguntas deben abrirse al debate público en diversas arenas y espacios.

Un caso que me viene a la mente son las recientes medidas emprendidas en Baja California donde a través del poder legislativo el Estado genera un nuevo impuesto para las Casas de apuesta, pero contradictoriamente modifica el artículo 4 de la Ley de Desarrollo urbano para quitar restricciones a la instalación de casinos. Centrándonos solamente en la primera medida recaudatoria, ésta ha iniciado una discursiva en torno a prevenir problemas tan graves como la ludopatía, definiendo a los casinos como espacios de riesgo. Por su parte el Gobierno de la Republica declara recientemente que no habrá licencias para más aperturas en el país, suponiendo que quienes consumen este servicio al pagar dicho impuesto al Estado y no tener más oferta (casinos) desincentivarán su consumo. Dicha suposición me parece sumamente errada, así como las voces  que generalizan que quienes asisten a los Casinos son ludópatas, sería tan absurda como señalar que quienes acuden a los bares padecen de alcoholismo. Sin embargo, el tema que también debiera interesarnos es otro, y es el relacionado al tipo de Estado que se vislumbra en sus intenciones por instituirse, el cual desempeña su rol como árbitro moral que pareciera  contrarrestar nuestra "incapacidad de elección".  Curiosamente el problema de la obesidad y sobrepeso en México, el cual la OCDE afirma que cuestan el 5.3% del PIB afectando al 73% de la población, aun así, no es considerado por el árbitro estatal un asunto que deba combatirse con el aumento de impuestos a los alimentos altamente calóricos, en este caso, el papel del Estado según declaraciones del Jefe del Ejecutivo se enfocara en brindar orientación, difiriendo de las recomendaciones realizadas por el Secretario General de la OCDE.

Aunque resulta incomparable la obesidad con la ludopatía, sí podemos identificar los asuntos que el Estado considera benéficos o perjudiciales para los individuos por medio de sus acciones o falta de estas, quizás las instituciones del Estado están viendo otro espejo, una imagen tentadora del pasado que aún se resiste a desparecer, la de otros tiempos, otros años, el reflejo de lo que ya no somos y no estamos dispuestos a volver a ser...

Maestra en Política y Gobierno, Flacso Chile. Secretaria Nacional de Formación en SINTOLED y Coordinadora estratégica en Sindicato Unión Obrera.

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