TIJUANA BC 2 DE ENERO DE 2020.- En cualquier circunstancia, el aumento de impuestos es una medida impopular con los contribuyentes, sean ciudadanos, empleados o empleadores. Los gobiernos recurren a esta medida con el fin de engrandecer las arcas públicas y así hacer frente a los numerosos retos que tienen las entidades federativas.

 

En este sentido, el Congreso de Baja California aprobó el presupuesto para el ejercicio fiscal 2020. Dicho presupuesto contempló un aumento del 1.8% al 3.0% el impuesto sobre remuneración al trabajo personal, mejor conocido como “impuesto sobre la nómina”. De 25 diputados solamente Rodrigo Otáñez de Tijuana votó en contra de este aumento.

 

Este impuesto tiene como finalidad gravar el monto total de pagos por concepto de remuneraciones al trabajo personal. Es decir, se cobra impuestos sobre la generación de empleos en el Estado. Por esto, dicho impuesto ha sido criticado por el sector empresarial por años.

 

Es importante entender el efecto que dicho impuesto tiene sobre el presupuesto total de Baja California. Los ingresos por concepto del impuesto sobre nóminas a una tasa del 1.8% para 2013 se estimaron en $1,075,392,446.00; para 2019, $2,795,995,206.00; es decir, su recaudación casi se triplicó en cuestión de 6 años. Lo anterior indica que la recaudación por concepto de este impuesto ha aumentado significativamente cada año sin necesidad de incrementar su tasa actual de 1.8%.

 

Por otro lado, es comprensible que el estado actual de las finanzas de Baja California requiere una seria intervención ante la irresponsable gestión del anterior gobierno encabezado por Francisco Vega. No obstante, existen otros mecanismos para atender esta problemática sin necesidad de transferir la carga al empresariado. A continuación, se enumeran algunas medidas recomendadas:

1. Revisión exhaustiva del gasto gubernamental estatal

2. Eliminación de gastos innecesarios (choferes, vehículos, celulares, comidas, viajes, representaciones en el exterior, asesores, etc.)

3. Reducción de los salarios de alta burocracia estatal (gobernador, secretarios, directores, diputados, etc.)

4. Buscar otras fuentes de ingreso (ampliar la base de contribuyentes y buscar otras fuentes de ingreso)

 

De manera coincidente, Baja California pasa por un buen momento económico donde la actividad industrial y de construcción han crecido y la tasa de desempleo es de las más bajas del país. En consecuencia, incrementar la carga fiscal del sector empresarial y la creación de empleo pudiese ser un inhibidor para la inversión y detener el buen ritmo de crecimiento que se tiene hasta la fecha.

 

Con base en el Presupuesto de Egresos de 2020, el presupuesto total de Baja California será de aproximadamente $51,000,000,000, el aumento al impuesto sobre la nómina representará alrededor de $700,000,000. Por lo que este aumento representa apenas un 1.4% del ingreso total presupuestado.

 

Ante este escenario, las consecuencias políticas y económicas de esta medida deberían ser valoradas a la luz de estos números. 

 

El sector empresarial le ha apostado a invertir en Baja California, lejos de aumentar impuestos, promovamos  más y mejores empleos, no vaya a resultar que “matemos a la gallina de los huevos de oro”.