DESDE MI SOFÁ

Por: Obed Silva
(Militante del PRI)

TIJUANA BC 15 DE DICIEMBRE DE 2019.- Cleptomanía es el trastorno mental que se caracteriza por una inclinación o un impulso obsesivo por robar.

Seguramente muchos pensaran que ese trastorno es un padecimiento de los políticos mexicanos y en cierta forma tienen razón aunque como en toda regla hay sus excepciones. 

En 1995 un prominente panista (que en paz descanse) y que fuera Síndico Municipal del XV Ayuntamiento de Tijuana, me contó una anécdota. 

El Contador Público me comento que estando en una asamblea semanal de su partido recibió duras recriminaciones de parte de sus albiazules confraternos en el sentido de su firme actuación en contra de actos de corrupción en la administración Municipal. 

Conmovido, me dijo que encaró a sus compañeros y les pidió que le dijeran cuál era el porcentaje de tolerancia que como Síndico debería tener ante conductas de corrupción.

Les dijo que le indicarán si un 1% estaba bien, un 5% o más.

Con mucho orgullo, el panista de larga trayectoria, me confío que la asamblea se había quedado callada. Nadie se atrevió a decirle cuánto era el porcentaje que debía de tolera respecto de hechos de corrupción. 

Seis años antes, en 1989, el PAN había accedió al poder público gubernamental de Baja California bajo la promesa de luchar en contra de la corrupción. 

Con el paso de los años la praxis de los gobiernos panistas convirtieron su oferta de combate a la corrupción en un contrasentido y con ello les llegó su perdición como opción política.

El Presidente de México Andrés Manuel López Obrador afirma sistemáticamente que su gobierno, como ninguno en el pasado, lucha en contra de la corrupción y recientemente declaró que en su gobierno "no se tolera la corrupción ni la impunidad, ni de mi familia”. 

Apenas hace cinco meses Morena ganó abrumadoramente la elección de Gobernador, cinco Municipios y la mayoría en el Congreso Local.

Morena logró sus triunfos, como el PAN en su momento, bajo la bandera del combate a la corrupción.

En los escasos meses del primer gobierno morenista de la historia estatal las asignaturas en materia de combate a la corrupción se han acumulado impresionantemente.

El retraso con el que se ha actuado para el nombrar al Fiscal Estatal  Anticorrupción ha vulnerado seriamente la credibilidad de la naciente administración morenista.

En mi opinión dependerá de que la persona nombrada como Fiscal Anticorrupción acredite una trayectoria profesional de excelencia, plena independencia y autodeterminación para que pueda cumplir con eficacia la ardua tarea de combatir una cultura de corrupción gravemente arraigada en las instituciones locales.  

Los episodios semanales aderezados con declaraciones y filtraciones tanto oficiales como anónimas aconsejan que ya es hora de que alguien le ponga punto final a las truculentas historias. 

Donald Trump afirma que "lo positivo se cuida solo,  lo negativo es lo que se debe cuidar." 

NOMAS POR JODER:

Dicen que al testigo protegido "Chendo" le dan de cachetadas no para que declare sino para que ya deje de hablar.

El pato se les volvió  escopeta.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.