Por: Marco Antonio Samaniego
TIJUANA BC 12 DE DICIEMBRE DE 2019.-La noticia de la detención y encarcelamiento de Genaro García Luna es un síntoma de problemas mucho más graves que el desnudar al gobierno de Felipe Calderón. Deja la idea clara de que durante un sexenio se nos mintió a los mexicanos y que las miles de vidas que se perdieron de miembros del ejército, policías y ciudadanos, fue enteramente inútil. Una de las justificaciones del matadero, señaladas por Calderón, era que su gobierno había enfrentado a los grupos delincuenciales que amenazaban con apoderarse de las instituciones del Estado. Hoy se confirma que no era una amenaza, sino una realidad. Haiga sido como haiga sido, para imitar las palabras del mencionado ex presidente, si no lo supo, mal, si lo supo, mal. El caso lo marcará en el ánimo social por no saber o por no actuar si es que estaba enterado.
Pero también nos habla de un problema mayor. La falta de investigación en México, la carencia de credibilidad en un sistema. En cambio, dado que la acción es de parte de Estados Unidos, la credibilidad del caso no se ha puesto en duda. No ha salido nadie hasta el momento a decir que las casas y departamentos eran prestados, o se deben, o están a crédito, o cualquier cosa. La sociedad mexicana ha validado una certeza que, en palabras de articulistas de diversas partes del país, era una verdad manifiesta cuando García Luna ocupaba los altos cargos que desempeñó en los años que se caracterizaron en la lucha contra las drogas.
La pregunta es ¿porque en todos esos años, prácticamente una década, no surgieron los temas que hoy son parte de la discusión pública? Una respuesta que consideramos pertinente es que faltan las instituciones que sean un contrapeso a las instancias de poder. Es decir, se rinden informes a un presidente, no a una institución que escuche pruebas y argumentos, como en el senado. Y si es que existen, no hay forma de detener a quien toma decisiones hasta que esta fuera del país, alejado del campo santo que dejó y en fastuosas habitaciones producto de la compra y venta de vidas humanas. Un criminal que bien podría superar las cifras de los peores criminales de la Segunda Guerra Mundial, o de guerras posteriores, como la actual en Siria. Sea actúa en total impunidad desde el poder y el resultado está ahí, una vez más, dándole autoridad al presidente estadounidense y a las instituciones de dicho país.
La sensación que queda es que falta mucho para construir los contrapesos que nos lleven a que estos casos no se presenten, no por la buena o mala voluntad de las personas, sino porque las condiciones para que no sucedan no se han implementado.
En más de una ocasión hemos expresado que es necesario tomar en consideración las decisiones y los conflictos en la cámara de representantes o en el senado de Estados Unidos para explicar muchas cosas que suceden en México, incluido el tráfico de armas que se genera desde allá para acá y que es parte fundamental del problema,. Se repiten condiciones y problemas donde las acciones depender de lo que suceda en aquel país. LA firma del nuevo acuerdo de libre comercio es un síntoma claro. Se negoció entre demócratas y republicanos y hubo modificación en algunas cláusulas que son importantes, como el tema del acero y el laboral. De manera acelerada se anunció la firma cuando Nancy Pelosi estuvo de acuerdo y los republicanos que apoyaron el acuerdo, hoy se muestran recelosos y tratan de condicionar el acuerdo a con el tema del impeachment a Trump. En Canadá, sabemos, se aprobará hasta febrero. En México sucederá la aprobación con premura, para mostrar la buena fe ante los empresarios y las autoridades del vecino país.
Así, pues, el tema de García Luna se inscribe en la larga duración. En un conjunto de condiciones institucionales que no se han logrado resolver. No se trata de meter a la cárcel a los corruptos, sino de que las condiciones para que la corrupción no se lleve a cabo se establezcan de tal manera que no haya delito que perseguir. Que no cueste miles de vidas y cientos de viudas y huérfanos que fueron el costo social para que un hombre goce en otro país lo que nosotros no podemos gozar en el nuestro: seguridad.
¿ Debemos esperar a que en Estados Unidos, en el 2026, nos digan quienes de los que hoy están en funciones fueron corruptos?
* Marco Antonio Samaniego López. Doctor en historia por el Colegio de México.
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