DESDE MI SOFÁ

Por: Obed Silva
(Militante del PRI)

TIJUANA BC 20 DE OCTUBRE DE 2019.- El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define que la palabra revocar viene del latín revoc?re que significa; "dejar sin efecto una concesión, un mandato o una resolución."

El pasado 15 de octubre en el Senado de la República se dio un largo debate con relación a la iniciativa promovida por el Presidente López Obrador con el fín de obtener que en nuestro máximo Código Político se consigne la revocación del mandato otorgado a los representantes de elección popular y de esta forma él mismo sea sometido a escrutinio tal y como en reiteradas ocasiones lo ha ofrecido. 

El PRI, que en un principio se opuso a esta propuesta de López Obrador y en el camino fue matizando su posición hasta llegar a obtener lo que ahora venden como un gran logro y que es el hecho de que la consulta para la probable revocación de mandato a Amlo no se empate con la elección de 2021.

La bancada panista, estoicamente se sostuvo (no todos) en contra de la reforma diseminando la idea de que existe en el Presidente la perversa intención de usar este procedimiento para reelegirse. 

Al final, la reforma constitucional fue aprobada por la mayoría calificada del Senado con el voto en contra de la fracción del PAN por "no tener confianza en el actual gobierno". Resultando una posición contradictoria pues al no tener confianza en el mandatado lo procedente es que el mandatario le revoque el cargo. 

Al margen de las intenciones que motivan al Presidente de México para impulsar una consulta con la intención de someterse unilateralmente a la probable revocación de su mandato, la pregunta que surge es; ¿qué tan posible resulta lograr el propósito?

El dictamen de la reforma aprobada por el Senado establece que tal ejercicio deberá ser solicitado al INE respaldado por al menos el tres por ciento de la lista nominal de electores y por ciudadanos de 17 estados.

Lo anterior significa, con cifras al 4 de octubre de este año, que no solo el Presidente de México sino que también más de 2 millones de ciudadanos deberán solicitar la consulta de revocación y que estos ciudadanos deben representar a 17 estados de la  República.. 

De igual forma se estableció que en el caso de que se pretenda someter a la revocación de su mandato al actual Presidente de México se podrá hacer hasta enero de 2022 por lo que la recabación de firmas necesarias para tal propósito se tendría que hacer en un periodo de hasta 45 días, partir de noviembre de 2021 y hasta el 15 de diciembre de ese año a un ritmo de unas 65 mil firmas por dia.

Para que el proceso de revocación de mandato sea viable, deberá participar el cuarenta por ciento de las personas inscritas en la lista nominal de electores lo que significa que si hoy fuera el ejercicio revocatorio y con el registro del listado nominal al 4 de octubre de 2019, tendrían que votar 35 millones 968 mil 145 de ciudadanos para que el proceso fuera válido.

La revocación del mandato al Presidente de México sólo procederá cuando más de la mitad del total de votantes que hayan sufragado así lo decidan. Lo cual significa que primero tendría que votar el 40% del listado nominal para que el ejercicio sea válido y de esos más del 50% tendrían que votar por la revocacion para que está fuera posible. 

Considerando que López Obrador ganó con alrededor de 30 millones de votos bastaría que al día de hoy, unos 18 millones de ciudadanos le revocaràn el mandato para que dejara de ser Presidente de México. 

Lo anterior es un hecho por demás cuestionable por cuanto a la voluntad de los 30 millones que votaron en su favor aunado a que, hasta el día de hoy, se antoja imposible que 18 millones de ciudadanos voten para que López Obrador deje de ser Presidente.

En consecuencia, más que un ejercicio ciudadano para una probable revocación pareciera una consulta para la confirmación en el encargo. En cuyo caso, en mi opinión, resulta innecesaria dada la amplia popularidad del Presidente.

Otro elemento consustancial de la reforma aprobada por el Senado es el hecho de que la misma define que: “la revocación de mandato deberá entenderse como el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo a partir de la pérdida de confianza".

Si partimos del texto que motiva  llevar a cabo la consulta de revocación de mandato y que es precisamente "la pérdida de confianza" en quien se ha depositado el mandato popular el asunto se complica también dado que, para el caso específico, la propuesta de someter a consulta el revocar o no el mandato al actual Presidente de México es impulsada por él mismo. 

Con lo anterior, los Senadores que aprobaron tal instrumento de participación ciudadana deberían sustentar las razones que les motivó la pérdida de confianza en el actual Presidente de México o de lo contrario se podría concluir que solo reformaron la Constitución de nuestro país para la satisfacción de una persona. La pregunta obligada a mis Senadores Priistas es; ¿a cambio de que? 

NOMAS POR JODER: 

Después de los hechos suscitados en Culiacán, al "patas" lo llamaran como asesor en materia de seguridad pública en razón a su amplia experiencia de cómo no meterse con la maña.

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