MÉXICO 18 NOVIEMBRE 2017 (LA SILLA ROTA).- Dice la historia que un tirano presumía no cometer jamás errores. En una ocasión encargó al mejor artesano de la región elaborar un reloj, y cuando éste se lo entregó, como el rey no encontró defecto alguno en el encargo, pues se inventó uno.

El soberano le dijo al relojero que el número cuatro estaba escrito incorrectamente, que no tendría que aparecer como el clásico IV romano, sino de esta otra forma: IIII. ¿Tiene usted un reloj con números romanos? Fíjese en la numeración, se dará cuenta del detalle.

Soberbia, facilidad, reverencia a los dioses, simetría. Cualquiera que sea el origen de la aparición del IIII en lugar del tradicional IV romano en los relojes de todo el mundo, marcando las horas de todos, el asunto es hasta hoy un misterio sobre el cual se tejen montones de teorías.

¿Por qué en el Big Beng la regla se rompe? Tampoco existe explicación, pero de acuerdo con investigadores sobre el tema, 95% de los relojes en el mundo tienen la figura IIII en lugar del IV romano.

Resolver este asunto no puede lograrse si no se abordan otras partes del todo, por increíbles o ilógicas que pudieran parecer. Se dice que en la antigüedad, el IV era el signo de Júpiter y correspondía a las dos primeras letras del nombre del dios, IVPITER, en latín, por lo que su uso no era apropiado.

Otros se enfocan en la simetría y afirman que el conjunto de cuatro caracteres IIII, visualmente está mejor posicionado con su opuesto en la esfera, que es el número VIII, y que, en cambio, el IV es débil en equilibrio.

Además existe el argumento de que en aquel tiempo era más fácil elaborar los símbolos si se recurría al IIII en lugar del IV, pues para ello se utilizaban madera y huesos de animales. Era más práctico recurrir al IIII, ya que el número de objetos I en la carátula es 20; 4 símbolos V y 4 símbolos X.

Los números son múltiplos de 4, por lo que es posible, para los fabricantes de relojes, hacer un molde para la fabricación de 5 símbolos I, una V y una X, lo que supone un ahorro de tiempo. La base de los moldes era la siguiente: V IIII IX VI II IIX VII III X VIII I IX IIX invertido proporciona el XII. Además tenemos dos IX, uno de los cuales, invertido, proporciona el XI. Para otros, el asunto es más sencillo.

Afirman que en la presentación numérica de los símbolos está la explicación: usando el IIII en lugar del IV pueden existir en un reloj cuatro números que indiquen la hora con cuatro I; cuatro que usen la V y cuatro que usen la X.

El ser práctico, junto con el argumento de una mejor simetría, parecen ser las dos teorías más sólidas que dan origen a tal representación. ¿Qué pasaría si sólo el VIII tuviera como par, en el lado opuesto de la esfera, al IV? El desequilibrio visual sería importante, por lo que es preferible el numeral IIII.

Cuando mires el reloj, observa más allá de los números que lo conforman. Todo tiene causas y efectos, aunque en muchas ocasiones sean para nosotros imperceptibles.