*.- ¡Feliz Año Nuevo 2018!

Por: Melba Guadalupe Cortés Juárez
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TIJUANA BC 7 DE ENERO DE 2018 (AFN).-“Al Dos mil no llegarás, del dos mil no pasarás” decían las consejas populares… ¡Quien lo dijera! ya han transcurrido 18 años del tan esperado arribo del Año 2000, tanto por mi generación como por las que me antecedieron, ya que esta fecha presagiaba funestos sucesos acerca del fin del mundo. Una tercera parte de mi vida albergué en mi mente las profecías de Nostradamus.
 
La mayoría de las predicciones de Nostradamus, refiere algunas historias, se cumplieron en vida, otras están por revisarse. Entre ellas la llegada de un gran terremoto este 2018, algo que no  confirman los expertos en sismología, no obstante que llevan advirtiendo que no estamos exentos de que se produzca un terremoto en la zona de California debido a la famosa falla de San Andrés que la atraviesa.

Otra profecía hace mención en torno a que Papa Francisco será el último Papa de la Iglesia Católica. Y aunque el propio Papa ya lo indicó hace tiempo: “me quedan unos años para ver al Padre”; eso no confirma la especie de que el Papa Francisco sea el último representante de Pedro, en la tierra.

Algunos personajes que analizan esas profecías advierten que Nostradamus predijo la llegada de Trump a la Casa Blanca. En la Cuerteta 81 de la Centuria III, dicen, se define a Trump como el gran aullador, sinvergüenza y audaz (se trata de una persona tramposa, egocéntrica y sin escrúpulos). 

Para el 2018 se barajan  otros dos textos sobre Nostradamus, el que habla de la audacia de la contienda, el puente rojo y la ciudad desmayada de miedo, el cual, dicen, abre la posibilidad a eventos traumáticos, como pueden ser atentados terroristas o conflictos de mayor envergadura.  

Se hace referencia también acerca de una tercera guerra mundial, que pudiera ser contra Oriente; algunos analistas indican que Nostradamus pudo haber errado y el conflicto esté más cercano en Corea del Sur o en la Venezuela chavista.

En lo que a mí respecta, no es que crea a “pie juntillas” en esto, no obstante algo en mi interior divagaba sobre lo que en lo personal  implica un misterio; no obstante, en lo más recóndito de mi mente me he cuestionado algunas veces  ¿cómo será ese final para el mundo? –si es que se da- cuáles serían esas señales que tanto se han repetido por generaciones, Son muchas mis preguntas a las que no tengo respuesta.

En cuanto al ya lejano año 2000 –pese a las profecías- éste anunciaba su nacimiento con “bombo y platillo”, no obstante que la guerra asolaba Medio Oriente y las oraciones en el mundo eran de cese al fuego, para despedir “El Año Viejo” y dar la bienvenida al Nuevo milenio: el tan esperado Año 2000, que a la vez esparcía su magia sobre los habitantes en la faz del planeta, mientras las principales cadenas televisoras en el mundo entero se preparaban para difundir imágenes a nivel mundial, con tecnología de punta del tan esperado suceso del siglo. 

A unas cuantas horas de arribar 2018 (esto se escribió obviamente antes, me encuentro en familia vistiendo un “simpático antifaz” y a ratos –en mi cabeza- un elaborado y bello ornamento tailandés. El jolgorio ha transcurrido entre pláticas, risas, y simpáticas anécdotas; sin faltar mi agradecimiento a Dios por las bendiciones concedidas durante el año 2018, como son el tener familia, casa, trabajo, salud y buenas amistades.

Aunque quisiéramos que este día fuera especial para todo el mundo, la realidad es muy distinta, el curso del tiempo sigue su marcha. En  los hospitales por ejemplo, los enfermos no lo pasan nada bien envueltos en tanto dolor por su precaria condición de salud, sin contar con aquellas personas que pasan a mejor vida, hogares envueltos en la violencia familiar, orfanatos donde los pequeños “sueñan con tener papás “asilos de ancianos cuyo abuelitos añoran el calor de hogar y la compañía de su familia, entre otras situaciones. 

Pero es el comienzo de un nuevo año, una nueva oportunidad de “renacer” para hacer las cosas mejor, nosotros desde nuestros hogares y nuestras autoridades haciendo lo propio para que mejore nuestro entorno, pues es bien sabido el refrán que reza “para que los pies anden bien, la cabeza tiene que andar mejor”.

Por todo lo anterior, no me resta más que desearles un  feliz año 2018 y como dice una conocida canción traiga para ustedes, salud, dinero y mucho amor. ¡Feliz Año 2018!