Por: Melba Cortés Juárez
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TIJUANA BC 6 DE NOVIEMBRE DE 2017 (AFN).- Todas las épocas tienen su encanto, no obstante una de ellas dejó profunda huella en mí, el día de hoy les invito a que me acompañen y juntos emprendamos un viaje POR EL TUNEL DEL TIEMPO en el que les haré algunas remembranzas sobre la década de 1960, “En sus marcas, listos, comienza”...
En México se vivía la época del Rock, movimiento musical que influenció fuertemente al país y a los habitantes de la ciudad de Tijuana, con sus ídolos juveniles, Enrique Guzmán, Alberto Vázquez, Angélica María, Johnny Laboriel y Cesar Costa, entre otros extraordinarios conjuntos musicales; adolescentes, jóvenes y gente menuda disfrutaban practicando sus mejores pasos al compás de la música, en los centros de moda y diversión.
En ese entonces Tijuana, conocida como “La Ventana de México” despertaba al citado movimiento musical, mientras se preparaba para cambios substanciales en cuanto a economía, turismo, ciencia y tecnología se refiere, entre otros campos.
¡Tijuana te recibe con los brazos abiertos! Era el lema de la ciudad; años luz de imaginar el panorama de inseguridad que privaría para el actual 2017.
Nooo, Señor!, la Tijuana de aquel entonces era de un ambiente apacible, donde los vecinos se conocían, daban el saludo de buenos días “había confianza mutua”, las casas –la gran mayoría lucían sin barda-, fácilmente podían llegar hasta la puerta el cartero y el repartidor de leche, quien recogía los envases de la puerta -en aquél entonces de vidrio- y entregaba el producto del día a los consumidores.
La gente podía dejar con toda la confianza del mundo, la puerta abierta y el dinero de la compra debajo de los envases; y si recogían la leche un par de horas después ¡ALLI ESTABA EL CAMBIO!, ni qué decir del producto (leche Jersey) y su incomparable sabor; hoy más con sabor a agua que leche.
Esta época para los niños fue grandiosa, ya que podían salir de sus casas a jugar, sin temor a sufrir los estragos de la inseguridad, se les veía, después de la escuela y cumplir sus labores practicando el juego de los “Encantados”, “La trais“, “Los colores” “Doña Blanca”; pateando la pelota, jugando al trompo, las canicas y muchos juegos más; ¡qué tiempos! Ahora con pesar, uno ve a los infantes, apenas comienzan a balbucear sus primeras palabras y algunos papás (no todos afortunadamente) para entretenerlos les ponen “una Tablet”, entre sus manos.
La década de los sesenta trajo a Tijuana acontecimientos importantes como el establecimiento de la repetidora de Tele sistemas (hoy televisa) el 18 de julio de 1960, así como la construcción en Tijuana de la Carretera Escénica Tijuana-Ensenada; mientras que en el año de 1965 arrancaría el Programa de empresas maquiladoras, que impulsó económicamente hablando a la entidad.
Por otro lado también contribuyendo con la economía no podía faltar la obligada visita a restaurantes como La Especial, cuyo “slogan rezaba al pie de la escalera” situado en la avenida Revolución, visitado por políticos, y entre otros, luminarias de cine de talla internacional y la pantalla chica; el Restaurante “La Escondida”, localizado en las Palmas, del área de la Mesa, donde se reunían todos los clubes sociales y “la crema y nata de la sociedad”, así como Matteottis y Bocachos, con su exquisita gastronomía.
Y plasmadas en fotos y tarjetas postales para enviar recuerdos con un saludo, históricos lugares, como el Hipódromo de Tijuana, con sus emocionantes carreras de galgos, el Frontón Palacio Jai Alai, en la calle7 zona Centro, conocido como “El juego más rápido del Mundo” La Casa de la Cultura, localizada en la colonia Altamira que ha visto desfilar varias generaciones de personas que se identifican con el arte, en todo su esplendor, además de los representativos Mercado Hidalgo y la iglesia de Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, ambos ubicados en la calle 2da, del centro.
La época de los Sesenta nos entregó “la magia” en televisión de la llegada del hombre a la luna, cuyo acontecimiento tuvo lugar el 20 de julio de 1969; esa fecha, mi familia y yo nos encontrábamos de vacaciones en “la dulce ciudad de las cajetas” Celaya Guanajuato; recuerdo que era ya algo tarde y estábamos en compañía de los primos disponiéndonos a dormir cuando fuimos requeridos por la “voz de mando” de mi entrañable padre q.e.p.d.
“Este momento –sostuvo- no se lo deben perder”, es un hecho que quedará marcado por siempre en la historia” se trataba de la misión del Apolo 11 nave espacial de Estados Unidos que puso al hombre por primera vez en la luna, tripulada por el comandante Neil Armstrong y el piloto del módulo Edwin F.Aldrin. Seguí con avidez la transmisión, de “momento tan memorable” que hoy guardo en el arcón de mis recuerdos y el cual agradezco infinitamente a mi progenitor.
Ni que decir de los XIX Juegos Olímpicos de 1968 realizados por primera ocasión en México, en el que destacó entre otros atletas la participación de la deportista mexicalense mejor conocida como “Queta Basilio”, primera mujer en portar la antorcha Olímpica y encender el pebetero, cuyo evento la puso en el centro de atención en el área deportiva mundial.
Cursaba si no mal recuerdo el cuarto grado de primaria, cuando escuché a la directora del plantel en que estudiaba comentar con gran emoción a mi maestra esta noticia que me impactó y causó gran alegría; al tiempo que -entre nubes, como en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas- “ME PUSE A SOÑAR” y divagar, mientras me imaginaba en lugar de “la gacela” mexicalense; pues a decir verdad, a la hora de practicar deporte ¡no había en aquel entonces, quien me ganara en las carreras!... Sin lugar a dudas, los años sesenta albergaron en mi mente imborrables recuerdos.
