Frida Kahlo, 107 años transformando el dolor
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Frida Kahlo, 107 años transformando el dolor

MÉXICO, DF - lunes 7 de julio de 2014 - lasillarota.com.
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*.- Frida Kahlo, 107 años transformando el dolor en belleza
 
México DF 7 de julio de 2014 (lasillarota.com).- La obra de Frida, su imagen y su vida privada se mantienen en un ícono de la cultura nacional, del arte popular mexicano, o como muchos lo han llamado, del surrealismo del siglo XX
 
Con vestido de tehuana, trenzas y rebozo, pintó su dolor y su cuerpo roto. Con alma transgresora y carácter combatiente, plasmó en sus obras su amor a la vida y su lucha contra la muerte. A 107 años de su nacimiento y 60 de su deceso, Frida Kahlo sigue maravillando al mundo con sus retratos y autorretratos.
 
Cuando el escritor francés André Bretón le ofreció exponer sus pinturas por primera vez en el extranjero, en 1938, jamás se imaginó que la obra de Frida, su imagen y su vida privada se convertirían en un ícono de la cultura nacional, del arte popular mexicano, o como muchos lo han llamado, del surrealismo del siglo XX, que incluso ella misma negó: “Piensan que soy surrealista, pero no es cierto, no lo soy. Yo nunca he pintado lo que sueño. Yo pinto mi propia realidad”.
Pero Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nacida un 6 de julio de 1907 en la Ciudad de México, no quería dedicarse al arte, nunca tuvo formación profesional. Fue una artista autodidacta, influenciada por distintos hechos en su vida: entre ellos la poliomielitis a los seis años y un accidente a los 18.
 
“Nunca pensé en la pintura hasta 1926 cuando tuve que guardar cama a causa de un accidente automovilístico. Me aburría muchísimo ahí en la cama con una escayola de yeso y por eso decidí hacer algo”, le confiesa Frida a su novio adolescente Alejandro Gómez Arias, en una carta en la que narra cómo el 17 de septiembre de 1926, al impactarse un tranvía con un autobús en el que viajaba, el tubo del pasamanos atravesó su vientre y le rompió la columna vertebral, obligándola a someterse a decenas de operaciones.
 
Y así, con un caballete hecho a la medida para pintar autorretratos desde su habitación en Coyoacán, comenzó la carrera de Frida.
 
Sus autorretratos –más de 50– “la ayudaron a hacerse una idea de su propia persona y a crearla de nuevo tanto en el arte como en la vida, al objeto de encontrar una nueva identidad”, refiere la escritora Andrea Kettenmann en su libro Kahlo (Taschen, 1999).
 
“Esto podría aclarar por qué los autorretratos acusan diferencias tan minimales. Casi siempre con el mismo rostro máscara, que apenas deja entrever expresiones de sentimientos o estados de ánimo, la artista mira de frente al espectador. Sus ojos, cubiertos por las cejas oscuras, sorprendentemente enérgicas, que se unen sobre el nacimiento de la nariz como alas de pájaro, impresionan por su expresividad”, explica la biógrafa.
 
REIVINDICACIÓN DEL ARTE POPULAR
En entrevista con La Silla Rota, Hilda Trujillo Soto, directora de los Museos Diego Rivera Anahuacalli y Frida Kahlo, en la Ciudad de México, situó a Frida después de la Revolución Mexicana, un momento en el que había surgido un Estado que volteó a ver la cultura popular a través de los artistas.
 
“Hubo un renacimiento de las artes mexicanas, que retoma lo prehispánico y lo popular. Ella comienza a pintar en este contexto, desde luego bajo la influencia de su esposo Diego Rivera, y ante los grandes, ella pintaba, pero ella no pensaba tener una trascendencia mayor”, dijo.
 
De ahí, explicó que, a diferencia de grandes artistas de la época, como el mismo Diego Rivera, José Clemente Orozco o David Alfaro Siqueiros, ella, además de ser mujer, logra expresar lo que le pasaba en ese momento y eso es lo que trasciende. 
 
“Frida forma parte de una época que reta las culturas populares, la diferencia es que ella, su vida personal, su biografía, la hace obra de arte, además de plasmar lo que en esa época es la reivindicación del arte popular y el arte propio, plasma sus sentimientos, plasma de manera original para la época, expresa lo que siente”, abundó.
 
Para Hilda Trujillo Soto, la obra de Frida y su biografía tiene muchos elementos con los que hoy la gente se identifica como son: “la discapacidad, el cuerpo roto, la poliomielitis, el accidente, la columna. Además, jamás decía que sufría, siempre estaba contenta y alegre. El dolor físico lo representaba en la obra de arte”.
 
DIEGO, SU TIERRA FIRME
En 1929, Frida se casó con el muralista Diego Rivera, quien definitivamente marcó su vida. Incluso solía decir: “Sufrí dos graves accidentes en mi vida: uno en el cual un tranvía me arrolló y el segundo fue Diego”.
 
La historia de Frida Kahlo y Diego Rivera es por demás conocida, Frida le perdonó decenas de infidelidades, Diego también.
 
Nunca pudieron tener hijos, se divorciaron en 1940 para volverse a casar en 1941 y permanecer juntos hasta el final de sus días.
 
Para el extinto ensayista, Carlos Monsiváis, no se podía hablar de Frida sin hablar de Diego, porque él “era su tierra firme”.
 
“La devoción por Diego Rivera es una dicotomía que se traduce en su convicción de que Frida hubiera sido una pintora interesante sin Diego, pero es él quien le muestra que no hay otro camino para expresar el sufrimiento que la pintura popular religiosa y eso ella lo aprovecha extraordinariamente”, refiere el escritor.
 
“Una religión que donde la divinidad, los santos, las ceremonias, y los templos se llaman Diego Rivera; un credo que va del amor a la cosmogonía, de las aflicciones a la meditación”, apunta el intelectual en su ensayo Frida Kahlo: de las etapas de su reconocimiento, en abril 2008.
Y ejemplo de ello son las ya famosas cartas que envió la pintora durante sus viajes y agonías:
 
“Sr. mío Don Diego:
 
Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurarme pero yo estoy resuelta a terminar esta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata… Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.
 
No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno…no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres…¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mí, primero por mí porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Porqué no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada.
 
Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)… Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti… Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo “personalmente”, disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” de mí, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.
 
Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.
 
Se despide quien le ama con vehemente locura,
Su Frida
México, 1953”
 
SOBREDOSIS DE ÁNIMO Y LOCURA
“Espero alegre la salida y espero no volver jamás”, escribió Frida Kahlo en su diario días antes de su muerte, en 1954.
 
El 13 de abril de 1953 se organizó, en la Galería de Arte Contemporáneo, la única exhibición individual que Frida tuvo en México. En esos momentos su salud estaba ya muy deteriorada por lo que acudió postrada en una cama.
 
Frida, siempre frágil, completó su última obra llamada, “Viva la Vida” el 2 de Julio, meses después de haber perdido la pierna derecha y días antes de morir a causa de una embolia pulmonar, Frida fallece el 13 de julio, una semana después de cumplir 47 años.
 
Sin embargo, sus intentos de suicidio previos, ponían en duda las versiones oficiales.
Durante el velorio, a Diego Rivera, se le escuchó decir: “La amé no sólo como esposo, sino como el más entusiasta admirador de su pincel, ácido y tierno, duro y delicado como el ala de una mariposa, cruel como lo más implacable de la existencia, y adorable como una hermosa sonrisa”.
Hilda Trujillo Trujillo desmenuza la obra de la pintora y a la pintora misma, a quien califica como una mujer “muy dura y dolorosa”.
 
“Es como una catarsis su obra, pero no en la vida real. Si te das cuenta que tuvo más de 30 operaciones, ese dolor que lo marcaba lo representa como catarsis en la obra de arte”, comentó.
 
Explica que Frida, sin más ni menos, “es un ejemplo de vida; de coraje y de capacidad para transformar el dolor en belleza”.
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